Nuevos inmortales del deporte en Juárez

Ciudad Juárez.– El Salón de la Fama del Deportista Juarense abrió nuevamente sus puertas el sábado 20 de noviembre para sumar a siete figuras cuya trayectoria, dedicación y talento marcaron épocas en sus respectivas disciplinas. La ceremonia, siempre cargada de emotividad y memoria deportiva, no solo reunió a familiares, entrenadores y amigos, sino que recordó la fuerza deportiva de una ciudad que, pese a las adversidades, continúa produciendo atletas de élite nacional e internacional.

Entre los entronizados de este año destacan dos historias que, más allá del rendimiento competitivo, hablan de procesos de vida, sacrificios y herencias deportivas: Jaime García Arenas, figura del basquetbol chihuahuense y seleccionado nacional, y Óscar René Villalobos, referente del atletismo. Ambos compartieron su visión sobre este reconocimiento y la trascendencia de sus caminos.

Jaime García: legado de basquet

Para Jaime García Arenas, la noche de entronización fue una mezcla de orgullo, gratitud y emoción profunda. Ser inmortalizado, dice, es una experiencia única, pero lo es aún más cuando ese lugar lo comparte con alguien imposible de ignorar: su hermano “Chuy” García, también miembro del Salón de la Fama y una figura que marcó su vida deportiva desde la infancia.

“Él para mí siempre fue un ídolo; la vara estaba muy alta”, comenta Jaime. Su carrera en las duelas comenzó gracias a la altura natural de su familia: “hasta mi hermana mide 1.80 y fue buenísima”. La casa García Arenas, de hecho, parece haber sido más una cantera que un hogar: Jaime, “Chuy” y Lupita —quien también fue seleccionada nacional y quien podría ser la siguiente en entrar al Salón— representan uno de los linajes deportivos más sólidos de la ciudad.

Jaime recuerda sus momentos más grandes: los campeonatos nacionales universitarios con la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), su designación como abanderado nacional en los mundiales universitarios de Bucarest 1981 y el honor de jugar en la selección mayor al lado de figuras como Arturo Guerrero, “Meme” Márquez y Rafa Palomar. Pero también reconoce que llegar a este punto implicó horas en hemerotecas, recopilación de fotos, fechas, recortes; un trabajo que asumió pensando en sus nietas: “quiero que un día vengan y digan: ahí está mi abuelito”.

Durante años, García se mantuvo en las duelas, incluso en etapas en las que el basquetbol juarense enfrentaba carencias o falta de proyección. Desde su posición como entrenador y guía, muchos jóvenes encontraron un rumbo. Su figura se volvió referencia no por buscarla, sino porque la disciplina lo convirtió en ejemplo.

“Es un recordatorio de todas las personas que me acompañaron. No llegué solo”. Su ingreso al Salón de la Fama no solo reconoce su talento deportivo, sino la influencia que dejó en la ciudad: una huella que continúa viva en cada jugador que él ayudó a moldear.

Óscar René: la fuerza del martillo

A diferencia de Jaime, la historia de Óscar René Villalobos comienza en la primaria, cuando el entrenador Cosme Rodríguez lo descubrió y lo llevó al Estadio 20 de Noviembre. Óscar inició con disco y bala, pero encontró su verdadera naturaleza años después, cuando la edad le permitió lanzar martillo. Desde ese momento, la historia se aceleró: tercer lugar nacional, campeón de Conade, campeón de Federación, medalla de plata en Tegucigalpa 1992 y récord mexicano juvenil.

“Fue algo muy natural. Ese mismo año que empecé, ya estaba ganando”, recuerda. Representó a México en tres ocasiones, una de ellas con figuras que hoy son parte de la historia deportiva del país: Ana Guevara, Alejandro Cárdenas, Carlos Villaseñor. “Viajar con ellos, convivir, ver lo que son hoy… el deporte te deja amistades y experiencias únicas”.

Para él, este reconocimiento significa, en sus palabras, cerrar un ciclo. Tras 18 años como atleta, formó su familia, terminó sus estudios y dejó atrás la pista. Pero este cierre trae consigo una nueva apertura: la de su hija Victoria, de 14 años, quien ya fue invitada por Cosme Rodríguez para probarse como lanzadora. “Me toca apoyarla, como mis papás me apoyaron a mí”, dice con orgullo. Tiene cuatro hijos y espera acompañar a cada uno en su propio camino, deportivo o no.

Óscar sostiene que el talento local sigue ahí: “hemos tenido basquetbolistas, atletas, boxeadores, beisbolistas… Juárez es fuerte y grande. Con apoyo, se pueden lograr cosas enormes”.

Además de García y Villalobos, la clase 2025 está integrada por:

• Marco Germán Calvo Aguilar – Judo.
• Jorge Mora Villa – Beisbol.
• Rodrigo Mitre Treviso – Luchas Asociadas.
• Aarón Catarino Cruz Herrera – Voleibol.
• Alberto Molina Rodríguez – Boxeo.

Cada uno desde su disciplina aportó momentos, triunfos y enseñanzas que hoy forman parte de la identidad deportiva de Ciudad Juárez.

Gloria eterna

Los siete entronizados en la Generación 2025 representan diferentes épocas, escenarios y estilos de entrenamiento. Pero todos construyeron su trayectoria aquí, en una ciudad que exige carácter y constancia para mantenerse en lo más alto.

La nueva generación del Salón de la Fama no solo reúne logros, reúne historias que siguen motivando a quienes hoy entrenan, compiten y sueñan con llegar lejos. Historias que, desde ahora, quedan registradas para siempre.