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Crítica: 'Emilia Pérez', un thriller musical y policiaco

El filme fue calificado con dos estrellas y media de cuatro

Associated Press
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03 de noviembre del 2024, 09:00

Nueva York.- Hay tantas cosas sucediendo en “Emilia Pérez”, el audaz musical/melodrama/thriller policial del cineasta Jacques Audiard, que es imposible no apreciar la gran ambición que esconde todo ello.

Hay una artesanía evidente y momentos de verdadera trascendencia, belleza y horror. Ambientada en la Ciudad de México, esta es una película sobre la familia, sobre la ambición, sobre la posibilidad de cambio, sobre los cárteles, sobre las desapariciones humanas, sobre la afirmación de género, sobre el dinero y la corrupción.


A veces los personajes se lanzan a números musicales fantásticos: algunos están llenos de rabia, otros de alegría y esperanza. Otras veces las canciones salen apenas en un susurro. Y sin embargo, incluso con toda esa vida, color y pasión en la pantalla, hay una clara brecha entre todas esas grandes emociones por las que pasan los personajes y lo que siente el público, que es prácticamente nada. Es casi como si “Emilia Pérez” se hubiera olvidado de invitarnos a acompañarlos en el viaje.

Y es todo un viaje: un día, un jefe del cartel llamado Manitas (Karla Sofía Gascón) hace secuestrar a una abogada inteligente, pero infravalorada, Rita Mora Castro (Zoe Saldaña). Manitas quiere una cirugía de confirmación de género y que Rita se encargue de la logística: contratar al discreto cirujano, fingir la muerte de Manitas y transportar a la esposa, Jessi (Selena Gomez) y dos niños a su nuevo hogar en Suiza. A cambio, Rita se hará rica. De alguna manera, este es solo el primer acto.


Cuatro años después, Rita ha mejorado. Ya no tiene cejas pobladas ni traje desaliñado, y ahora lleva una apariencia que solo el dinero y la genética como la de Saldaña pueden producir. Y lleva una vida cosmopolita en Londres, algo que podemos ver muy brevemente cuando conoce a otra mujer que ha pasado por una gran transformación, Emilia Pérez (Gascón).

Audiard juega brevemente con la idea de que Rita asume que Emilia está allí para matarla, para librar al mundo de cualquier evidencia restante de aquellos que saben lo que sucedió. En realidad, ella simplemente extraña a sus hijos y los quiere de regreso en México para vivir con ella. Depende de Rita lograr que se muden una vez más, con Emilia, haciéndose pasar por una tía que nunca han conocido antes, si te estás preguntando dónde entran en juego todas esas comparaciones con "Mrs. Doubtfire" . (El sangriento asunto de "Sicario" aún está por venir).


Saldaña le da a Rita una fiereza cautivadora, a pesar de ser un personaje terriblemente poco desarrollado. Es extraño pasar tanto tiempo con alguien y sentirse completamente desconectado de quién es y qué quiere. Ella simplemente sigue a los demás, es un receptáculo para las decisiones de los demás, con poco arco o iniciativa propia.

Al principio de la película, Rita debate (en una canción) con un cirujano plástico de Hong Kong sobre si cambiar el cuerpo tiene algún efecto sobre el alma. Él no lo cree así. Ella sí, e incluso va un paso más allá, cantando “cambiar el alma cambia la sociedad, cambiar la sociedad lo cambia todo”. Es una idea encantadora que la película maneja torpemente en su estilo maximalista y arriesgado que valora los grandes decorados y el dramatismo por encima de la emoción auténtica.


Al principio, Emilia parece completamente cambiada, ya no es la vengativa, celosa y violenta líder del cártel que alguna vez fue. Habla con suavidad, es empática y feliz. Crea una fundación para encontrar a todas las personas desaparecidas y darles a sus familias la oportunidad de un entierro y una despedida apropiados. Incluso encuentra el amor. Y, sin embargo, no puede soportar ver a Jessi seguir adelante. Es algo propio de las telenovelas, y no necesariamente de las divertidas. Aquí, incluso podría leerse como peligrosamente reductivo.

A veces, Jessi parece formar parte de una película completamente diferente, o más bien de un video musical que parece rendir homenaje de alguna manera a Pedro Almodóvar, David Lynch y Robert Rodríguez. Es divertido y alocado a veces, y Gómez se involucra por completo en el papel de esta mujer a la que le están aplicando gas para que se vuelva loca. Pero ella y la película van creciendo hasta el absurdo, sin apenas alivio ni catarsis. Después de todas esas grandes ideas, todos esos grandes temas y gestos que subvierten el género, nos queda sorprendentemente poco a lo que aferrarnos.


“Emilia Pérez”, que Netflix estrena en cines el viernes y estará disponible en streaming el 13 de noviembre, tiene una clasificación R (que requiere que los menores de 17 años de edad) de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, por sus siglas en inglés) por “algo de contenido violento, material sexual y lenguaje”. Duración: 132 minutos. Dos estrellas y media de cuatro.



Ayuda para encontrar a Rubí: Desapareció en Juárez a los 5 años

Cortesía
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Mat Romero
Mat Romero

27 de abril del 2025, 21:26

Ciudad Juárez.- una menor de cinco años de nombre Rubí Gómez, está desaparecida y familiares la buscan.

La menor fue vista por última vez en la colonia Andrés Figueroa el 25 de abril del presente año.

Rubí tiene una altura de un metro, pesa 20 kilogramos, tiene ojos grandes y cafés; su cabello es castaño claro y lacio; boca chica de labios delgados y cara ovalada.

Si tienes información de su paradero puedes realizar el llamado a las autoridades mediante el servicio de Emergencias 911, denuncia anónima 089 o a la fiscalía general del estado. (656)629-3300 extensiones 56455 y 56319.


Se acaba la temporada de Bravos en penales ante Pumas

Antonio Calleja
Antonio Calleja
Pedro Dorantes
Pedro Dorantes

27 de abril del 2025, 20:49

Ciudad Juárez.- Los Bravos de Ciudad Juárez cayeron en penales ante los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México en la primera ronda de Play-In, poniendo fin a su Clausura 2025.

Nos tardamos una hora, pero a las 6:08 de la tarde sonó el himno de la Liga MX. Pumas entró a la cancha sin formarse, sin ganas y con todo el abucheo del respetable fronterizo. A Juárez ya le habían salido raíces de tanto esperar en un costado del terreno. Así arrancaban las hostilidades entre los Bravos y los universitarios en el Play-In.

Eso sí, nos tardábamos tantito más por el minuto de silencio en honor al Papa Francisco. Silencio que cabe señalar, La Rebel no quiso respetar.

Muchas patadas y una roja

No pasaban ni tres minutos y el plan de juego de los felinos quedaba muy claro: molestar, incomodar y de pasada, si se podía….Patear. El primero intento era de media distancia y era de Guillermo Castillo (Que no se llama así, pero así nos dijo que le dijéramos), mandaba el balón a la grada 15.

Bravos tenía terreno para moverse, tenía terreno y tenía las piernas del José Luis “Puma” Rodríguez. La bronca es el balonazo era muy largo y el ritmo todavía demasiado frenético.

Al cuarto de hora Pablo Monroy bajaba a Dieter Villalpando. La falta a favor terminó creando un contraataque a para los de blanco y para que Guillermo Martínez se quedara solo clavando el primer tanto del encuentro: 0-1 favor Pumas al 16.

El gol lo respondía Bravos con un cabezazo de Óscar Estupiñán que atajaba Alex Padilla por que el español se acordó de como usar las manos.

Al minuto 20 se emparejó el marcador con un golazo. Era un tiro libre indirecto que cobró Castillo. Lo puso abajo, directo al pie de Madson De Souza que aguantó la marca y colocó la número cinco a un ladito de Alex Padilla. 1-1, había partido….el “Vamos Bravos” retumbaba hasta Las Cruces Nuevo México.

Seis minutos más tarde Efraín Juárez pedía (solo el sabrá por que) una pausa de rehidratación. Lo más sorprendente del asunto es que se la concedieron. Agua con tierra y a seguir jugando.

Al 35 y después de haber perdido casi 10 minutos el VAR Memo Martínez se ganaba a pulso su roja directa con una patada en la cara de Jesús Murillo. El goleador universitario se iba bajo el chiflido del entarimado, mentadas y el “Adiós Amor” de Julián Álvarez. A Pumas le quedaba una eternidad de partido para jugar con 10 hombres.

Martínez se salía de la cancha a su ritmo. De pasito en pasito y por todo el largo del campo, esto último al compás de una afición local que le recordaba la forma de sus nalgas de mala manera.

Ya en tiempo de compensación, Bravos la pensaba mucho para mandar la diagonal a la hoya. Cuando lo hacía la bola quedaba larga y ahí moría el peligro. No aprovechaban las resbalosas manos del arquero español.

Así nos íbamos al descanso, con un 1-1 para caballos y felinos en un partido al que ya le había pasado de todo.

Puro estilo de microbusero 

Arrancábamos la parte complementaria con el deber, para cualquiera se los dos, de anotar cuando menos un gol. De lo contrario se sentenciaban a los penales.

De buenas a primeras toda la posesión era para los muchachos de Martín Varini. Pumas se tiraba para atrás en busca de la única alternativa: un contragolpe.

El único que hacía la lucha era Ignacio Pussetto, ponía un centro que no pasaba de la defensa brava. El tiro de esquina universitario pasaba cerca….Pero nada más.

A eso del 55 otra vez metía las manos Padilla para salvar del gol a la vista que no podía defenderse como dios manda. Con todo y las muchas facilidades, era más que pasivo el juego aéreo se los caballos. Como temiéndole a que los agarraran malparados.

Llegábamos a la marca de la hora y se escuchaba el primer goya desde la tribuna. Callado, casi avergonzado al tiempo que José Caicedo caía al piso con una falta.

Sin balón y con la desesperación a todo lo que daba, la enésima patada del partido se llevaba Sebastián Jurado en la espinilla. A cambio Jorge Ruvalcaba quedaba pintado de amarillo. Bravos (Siendo Bravos) se indigestaba con el trámite de partido

Una tuvo Pumas al 72. A la contra y en los pies de Ruvalcaba. El nacido en California desbordó hasta donde el cuerpo le dio, disparó, pero se topó con las manos y la maniobra de gafo revolcado por parte de Jurado. No había gol….El tiempo se acababa.

Nos quedaba un cuarto de hora por disputar y los cambios de Juárez no cuajaban. Denzell García y José Juan García Manríquez se quedaban en la central (Aunque usted no lo crea) y Diego Valoyes no sabía que hacer con toda la velocidad que el creador le dio en las piernas. Iba rápido por la banda, pero con la misma idea que un paciente de Alzheimer haciendo el mandado.

Al 80 se nos apagaba todo hasta que a algún humilde ciudadano se le ocurrió gritar “¡Órale cabrones!”. Claro que la arenga no corrigió el centro defectuoso de Valoyes. Desde la banca el uruguayo aplaudía y gritaba…Como queriendo unirse a la propia afición.

Era mucho el ánimo, pero poco el fútbol. Las piernas se cansaban de intentar romper la barrera de los Pumas y el microbús que había echado atrás. 

Lázaro se levantaba y andaba al 85. La misión era evitar el penal a toda costa y Juárez tiraba a todos, absolutamente a todos para arriba. Se nos acababa el cronómetro, hacía su acto de aparición el famoso grito homofóbico. El sonido local hacia su jale para prevenir que suspendieran las hostilidades.

A eso del 93 Jurado se hacía merecedor de que tiraran la Equis y lo pusieran a él en todo su esplendor para adornar a Juárez. Aguantó un contragolpe el solito y detuvo la cinco abierto de piernas y con la punta de su último tachón izquierdo. 1-1 todavía cuando se acercaban los penales.

Tres minutos más tarde a Víctor Cáceres se le ocurría regresar a esa misma jugada. Marcaba una falta, un tiro libre directo y detuvo pasada expulsaba a José Juan García Manríquez. Nos quedábamos con 10 por bando y a merced de las ocurrencias arbitrales. Del cobro por falta no salía nada.
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Se nos acababa el tiempo, así de ocurrente cono lo ven, el arquitecto chiapaneco sentenciaba el tiempo reglamentario. Había penales. Todo se definía desde el manchón, desde el volado….Desde lo desconocido.

12 pasos 

Escogían la cabecera norte. Con porra o sin porra no importaba por qué el “Vamos Bravos” ensordecía.

Juárez tiraba primero. La responsabilidad era de Óscar Estupiñán, la gente se le echaba encima a Padilla que todavía no se aprendía los albures mexicanos. El nueve de Juárez fijaba la vista, se encarreraba y clavaba la bola en lo alto de la red. 1-0 la tanda.

Seguía Adalberto Carrasquilla. Con la cara inundada de miedo y con la mano de Jurado que tapaba y hacía explotar al Olímpico Benito Juárez. 

Seguía Zaldívar. Con mucha carrera pero muy pegado el disparo al cuerpo de Padilla que atajaba y enmudecía al entarimado. 1-0 todavía.

Nathan Silva hacía de las suyas, pateaba formidable e igualaba todo para antes de la tercera ronda 1-1.

El que preocupaba era Avilés Hurtado. Preocupaba por que efectivamente cobró muy anunciado el penal y se lo detenían. Pumas tenía chance de tomar ventaja

La oportunidad nada más por que Rogelio Funes Morí hacía una calca de la tarea de Avilés y también lo atajaban.

El Puma Rodríguez tenía el destino de Juárez en sus pies. Tenía la ventaja….No tomaba carrera, parecía no respirar. Colocaba la bola a media distancia, hacia la izquierda del arquero que otra vez atajaba. 

Nadie quería ganar, todos tiraban al mano. Pumas también erraba, también lo atajaban y Juárez iba otra vez a intentar ganar.

Tiraba Valoyes y el respetable se volteaba para no infartarse. Hicieron bien por aquel balón pegó en le travesaño para después salir. 

El último tiro fue de Pumas y fue gol. Ahí se acababa todo. La UNAM ganaba y seguía con vida.


Acribillan a uno en taller mecánico

Mat Romero
Mat Romero
Mat Romero
Mat Romero

27 de abril del 2025, 18:43

Ciudad Juárez.- Un hombre quedó herido por proyectil de arma de fuego la tarde de este domingo.

El hecho ocurrió en un taller mecánico ubicado en el cruce de las calles Luis Cabrera y Bambú de la colonia Héroes de la Revolución.

Las autoridades preventivas arribaron al cruce en atención a un reporte de balacera realizado al servicio de Emergencias 911.

En el lugar ya no se encontraba la víctima ya que fue llevada a un hospital a bordo de un vehículo particular.

La Fiscalía General del Estado procesó la escena del crimen del intento de homicidio.