Celebra el Día de Muertos visitando a su madre en el panteón Tepeyac

Ciudad Juárez.- Durante este Día de Muertos cientos de juarenses acudieron al panteón Tepeyac para visitar sus seres queridos que ya descansan en paz, los visitantes llegan con palas, azadones y flores para arreglar las tumbas de sus seres queridos. 

Uno de ellos es el señor David Gallardo, quien desde que llegó se mostró solidario con otras personas prestando su pala para que pudieran adornar las lápidas de sus familiares, después pasó buscando la tumba de su mamá, la señora Guadalupe Quintana, durante unos minutos, la cual reconoció al momento de verla. 

Don David llegó con una cubeta donde traía unas flores de cempasúchil, mismas que colocó al pie de la tumba acompañado de un suspiro al recordar a doña Lupe. 

“Mi madre fue una mujer que sufrió mucho, pues imagínese fuimos ocho y pues nos anduvo cuidando todo el tiempo, a veces que no había para comer y nosotros salíamos a pedir dinero o a barrer negocios para que nos pagaran y de esa manera juntábamos un dinerito y se lo llevábamos”, recordó el señor David. 

Luego de colocar las flores, se dispuso a limpiar el espacio donde también descansan los retos de su hermano y en ese momento también recordó a su padre quien por muchos años trabajó como mesero en los clubes de la avenida Juárez. 

“Mi papá siempre tuvo buen porte, había una foto en la que salía de traje y hasta moño traía, aún lado de él estaba mi mamá con un vestido de esos largos que se usaban en esos tiempos un peinado como de artistas”, platicó el señor al tiempo que abría la pequeña jaula donde estaba su mamá y hermano. 

Don David cuenta solo con dos hijas de las cuales está muy orgulloso y mencionó su esposa también lo estaba hasta que falleció hace año y medio a causa de un coma diabético. 

"Cuando yo me muera no voy a quedar aquí, yo quiero que a mí me cremen y que me pongan junto a mi esposa, además aquí en el panteón Tepeyac, ya está lleno y no dejan enterrar a nadie más”, dijo el señor David. 

Es la nostalgia de los visitantes, la que se siente entre los jardines, son los recuerdos, los que traen de nueva cuenta a sus familiares cuando ellos los visitan y que vivirán en sus corazones hasta que ellos mueran.