Balean a 2 en la Melchor Ocampo; muere uno

Imelda Garza Tuñón y Maribel guardia continúan enfrentando un pleito que parece no tener un final muy pronto. Se trata de la custodia legal del hijo de Julián Figueroa, quién Durante los próximos días vivirá con la actriz mexicana y su abuela, luego de que sí lo consideran las autoridades correspondientes de acuerdo con el más reciente comunicado que se dio a conocer en las redes sociales.

Sin embargo han existido unos intercambios de mensajes entre ambas participantes de la historia. Por un lado está la mamá del pequeño, quien apellido desesperadamente a Maribel guardia que la deje quedarse con el pequeño, pues considera que realmente vive en un lugar muy seguro, donde ella puede darle todos los cuidados necesarios. 

Maribel Guardia ha dicho en los últimos días que Imelda tiene algunos problemas, especialmente relacionados con las sustancias, por lo que espera que acepte que se someta un programa de rehabilitación con el objetivo de que el pequeño tenga un hogar libre de cualquier clase de violencia o de malos ejemplos. Esto también divide al público, pues hay personas que se establecen de ambas caras de la moneda.

Imelda Garza Tuñón sigue peleando por su hijo

Durante el fin de semana la comunicación se mantuvo distante; ninguna de las dos partes ha salido en público para aclarar los hechos ni tampoco han revelado lo que pasará durante las próximas horas. Imelda sigue apelando al buen corazón de Maribel Guardia para que la deje ver de nueva cuenta al pequeño, a quien ha cuidado desde que murió Julián en el año 2023. Incluso acudió ante la Secretaría de la mujer de la Ciudad de México en busca de asesoría.

Ahora fue también quien rompió el silencio durante este sábado 25 de enero de 2025. En una historia de sus redes sociales aseguró que no se encuentra en un buen momento, pues publicó una frase que a varios de esos fanáticos les pudo haber llegado al corazón. Por parte de la vedette mexicana no ha existido ninguna otra declaración al respecto.

"Llorar de frustración es algo real", fue la pequeña frase que adaptó para las redes sociales en idioma inglés. Por el momento se desconoce dónde está Imelda, y si tomará cartas en el asunto durante el fin de semana.

Lo último que publicó Maribel Guardia en sus redes sociales fue un comunicado donde da cuenta de las recientes acciones que ha decidido emprender. Reveló que por el momento las autoridades consideraron que su casa es el lugar más idóneo para el niño, pero no quiere arrebatárselo a su madre ya que siempre ha estado de acuerdo en que todos los menores deben estar con sus familiares más cercanos, es decir, padre y mamá, por lo que está dispuesto a entregarlo de nueva cuenta si es que hay mal de se esfuerza por recuperarse.

Imelda, por su parte, ha salido en medios de comunicación para desmentir todas las acusaciones que indican que ella tiene algún tipo de adicción, ya sea la bebida o las sustancias psicotrópicas. En una reciente entrevista dio a conocer que únicamente tiene un acercamiento con los vapeadores, pero de ninguna manera está en contacto con alguno otra sustancia que pueda dañar su vida. 

El Paso.- El Departamento de Museo y Asuntos Culturales invita a la comunidad fronteriza a celebrar el Año Nuevo Lunar.

El sexto evento anual se llevará a cabo el 1 de febrero de 11:00 de la mañana a 5:00 de la tarde en el Museo de Historia de El Paso.

"Estaremos celebrando con comida, actuaciones, actividades e intercambio cultural que destacan nuestras comunidades locales del este y sureste asiático", se lee en una publicación de la Ciudad de El Paso.

El evento es presentado por la Ciudad en asociación con Pho Tre Bien y Ai-Hwa Chinese Language School.

El Año Nuevo Lunar, también conocido como el Festival de Primavera o el Año Nuevo Chino, es una de las celebraciones más importantes en muchas culturas de Asia Oriental y Sureste Asiático, como China, Corea, Vietnam y Mongolia. Este evento marca el inicio del año según el calendario lunar y está asociado con la llegada de la primavera. Cada año se simboliza con un animal del zodiaco chino, que forma parte de un ciclo de 12 años. Las festividades incluyen reuniones familiares, comidas tradicionales, limpieza de hogares para alejar la mala suerte, danzas de leones y dragones, y la entrega de sobres rojos con dinero como símbolo de buenos deseos y prosperidad. Es un momento de reflexión, renovación y esperanza para el futuro.

Tokio.- Las películas para niños a menudo transmiten poco de la experiencia real de crecer, pero el luminoso anime de Yamada Naoko, “The Colors Within”, resuena suavemente con las dudas y los anhelos de la vida joven.

Totsuko (con la voz de Suzukawa Sayu) es una estudiante de un internado católico solo para niñas. En la introducción de la película, explica cómo experimenta los colores de manera diferente. Los siente más de lo que los ve, como si percibiera un aura de otra persona. “Cuando veo un color bonito, mi corazón se acelera”, dice.

Totsuko, un alma exuberante y sin censura, tiene la tendencia de decir las cosas sin pensarlo mucho. Accidentalmente le dice a una monja que su color es hermoso. En medio de un juego de balón prisionero, queda fascinada por la mancha morada y amarilla de una pelota de voleibol que se precipita hacia ella, tanto que se queda felizmente aturdida cuando la pelota la golpea en la cabeza.

Al igual que Totsuko, “The Colors Within” (que se estrena el viernes en los cines) lleva el corazón en la manga. Pintada con un pincel ligero, como de acuarela, la película es suavemente impresionista. En un toque típicamente poético, una pincelada sutil da forma a los contornos de un horizonte en la ladera de una montaña. Esa sensibilidad evocadora se conecta con los fundamentos espirituales de la película. Totsuko reza “para tener la serenidad necesaria para aceptar las cosas que no puede cambiar”. En “The Colors Within”, un trío de jóvenes solitarios se unen en torno a lo que los hace únicos, mientras encuentran el coraje para cambiar, juntos.

La pelota que derriba a Totsuko es lanzada por una compañera de clase llamada Kimi (Akari Takaishi), quien poco después de esa clase de gimnasia abandona la escuela, acosada, nos dicen, por rumores de que tiene un novio. (Los chicos están fuera del alcance del internado). Totsuko, curiosa por lo que le ha pasado a Kimi, se dispone a encontrarla, y finalmente lo logra. En una librería de segunda mano local, está sentada trabajando detrás de un escritorio, rasgueando su guitarra eléctrica.

Para hablar con Kimi, Totsuko toma un libro de piano como excusa. Cuando un chico con gafas llamado Rui (Kido Taisei) se acerca y dice que toca el theremin, Totsuko suelta que deberían formar una banda. No son mucho más que desconocidos entre sí, pero lo hacen: un grupo que se une gracias a la sincera positividad de Totsuko y a su instinto de que son compatibles el uno con el otro. (Totsuko ve azul para Kimi, verde para Rui).

A pesar de su relativamente escasa experiencia (ninguna en el caso de Totsuko), el trío comienza a hacer música juntos. Ensayan en una vieja iglesia cerca de la casa de Rui, a la que Kimi y Totsuko llegan en ferry. No comparten mucho sobre sus vidas, pero lo suficiente para saber, a grandes rasgos, con qué lucha cada uno. Kimi aún no le ha dicho a su abuela, que la crió, que ha dejado la escuela. A Rui, que el año que viene irá a la universidad, le encanta la música, pero sus padres esperan que siga un camino profesional diferente.

Pero en “The Colors Within” hay muchas cosas que no se dicen. Si hay un personaje que expresa lo que no se articula, es la amable hermana Hiyoshiko (Yui Aragaki), la monja del “hermoso” color. Mientras los anima sutilmente, queda claro que su sentido de guía y expiación va más allá de la política escolar. “Podemos trazar un nuevo rumbo en cualquier momento que queramos”, dice.

Pero gran parte de lo que importa en “The Colors Within” no se dice en voz alta. Surge, como los sentimientos de Totsuko por el color, a través de una esencia de carácter que, independientemente de los errores o decepciones de estos tres jóvenes, emerge alto y claro en la música. ¿Son canciones? ¿O himnos? De cualquier manera, en el concierto culminante, Naoko, la cineasta de “A Silent Voice” de 2016, permite que todo el diálogo se apague y que su música hable por sí sola. Y es genial.

“The Colors Within”, un estreno de Gkids, está clasificada como PG por la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, por sus siglas en inglés) por elementos temáticos leves. Duración: 100 minutos. Tres de cuatro.